El ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra en numerosos tejidos y órganos de nuestro cuerpo y el principal responsable de la hidratación de la piel. Con el paso del tiempo, la presencia de esta sustancia disminuye notablemente, lo que produce, deshidratación y, por tanto, envejecimiento de la piel. Y, con ello, produce la aparición de arrugas, flacidez o pérdida de firmeza.
Cuando está en forma de gel, el ácido hialurónico corrige las arrugas haciendo un efecto relleno, reposiciona los tejidos y aporta volumen, si se necesita. Existen geles de distintas densidades dependiendo de la profundidad de la arruga y el volumen que queramos dar.
Los rellenos faciales con ácido hialurónico se realizan para aportar volumen, embellecer el rostro y corregir/prevenir la aparición de arrugas. Aunque siempre dependerá del paciente (genética, fumador o no…), las primeras arrugas suelen aparecer entre los 35 y los 38 años en surcos nasogenianos, patas de gallo… y entre los 40 y 45 años, en otras zonas como código de barras. Puede aplicarse antes de forma preventiva.
El ácido hialurónico se aplica mediante microinfiltraciones. Puede utilizarse una crema anestésica previa aunque, en la mayoría de casos, no es necesario ya que los productos con los que trabajamos contienen componentes anestésicos como lidocaína. Se realiza en una sola sesión.
Los resultados son inmediatos y duraderos. La primera vez, se recomienda repetir la aplicación al año. El paciente puede incorporarse a su rutina habitual tras el tratamiento.
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